jueves, 3 de junio de 2010
DÍA TRES: Big Mac y McBacon
Espero que la foto de arriba no haya sido empleada para la publicidad de McDonald´s en algún país raro, porque perderían muchos millones y ganarían clientes extravagantes. Yo sólo la he usado, con todo respeto hacia mi restaurante favorito, para ilustrar mi día de ayer, cargado de comida variada y de la amabilidad por parte de los dependientes del restaurante de la calle Montera. Y si logro que alguien tenga arcadas gracias a susodicha imagen, me daré por satisfecho.
Sabiendo que en una sola semana es difícil que pueda probar todos los productos de esta fructífera empresa, he decidido variar más en los menús de cada día, pidiendo uno para comer y otro diferente para la cena (ya se sabe, desayuno de rico, comida de príncipe y cena de pobre). De igual modo, también trataré de gozar con el Happy Meal (consejo de El Cinéfilo Encubierto) y los productos de un euro, para comer bien y ahorrar a la vez. Además, guardaré el juguete del Happy Meal como recuerdo de esta experiencia, de este viaje interior iniciático, que me está ayudando a conocerme de verdad y a ser mejor persona. Eso sí, me sigue pareciendo que para las entrevistas de trabajo del personal que curra en Maradonal´s, escogen a gente fea. Supongo que será una política de empresa, para tratar a todos por igual, pues también contratan a gente que no tiene ni papa de español, pero oye, que te echas unas risas con ellos inventándote los nombres de los menús. Y de cuando en cuando, si los planetas se alinean, te encuentras con alguna chica guapa que te atiende amablemente, que está allí para pagar sus estudios, y eso me parece requetebien. Si es que en McDonald´s son hasta solidarios y les duele ver a gente obesa, en serio.
Pero vayamos a lo que nos interesa, la comida engullida el tercer día de mi Génesis particular, aunque yo no descansaré el domingo y estaré dándolo todo en el McDonald´s más cercano (la gente aún no me para para pedirme autógrafos ni me graban mietras como, para después subir el vídeo a Youtube). Por la tarde, antes de la siesta que todo lo arregla, fui de nuevo al McDon Johnson de la esquina de Montera, donde puedes disfrutar de la mejor comida acompañado por selectas señoritas. Debido a las largas colas que se forman en las horas punta, ahora una mujer muy maja va persona por persona, antes de que llegues a la barra, apuntando tu pedido, te proporciona un código que entregas al dependiente de turno, y tienes tu menú listo en un plis. Si antes era comida rápida, ahora ha superado la velocidad de la luz. Preparé bien mi estómago para el Big Mac, la superhamburguesa por antonomasia de esta fábrica de sueños llamada McDonald´s, con carnaza, queso, condimentos y dos pisos de placer vacuno. Me la zampé en menos tiempo de lo que tardaron en preparármela, y acto seguido me puse con las papas y la Coca-Cola Light, que hay que mantener el tipo para este verano. Pedí ketchup y mostaza de más, y me dio pena tener que tirar un par de sobres a la papelera, pero seguro que se pueden reciclar. Que conste que yo siempre tiro la basura en el McDonald´s, para ayudar a los empleados en su arduo trabajo, siempre de pie y sin poder probar bocado de esos suculentos alimentos. Pienso lo mismo con respecto a los seguratas de este tipo de locales, que se enfrentan a la peor escoria social, caminan de un lado a otro del sitio sin parar, para no aburrirse tiran la basura y limpian las bandejas, nadie les da conversación y sólo piensan en el fin de su jornada, cuando serán pagados con un buen menú, lo único que les ata a su trabajo y a la vida. Ah, no pedí postres, que me desvío del tema principal.
Y hablando de escoria social, vamos a hablar de la gente que va a McDonald´s (lo de escoria es broma, hombre). Es uno de los pocos restaurantes del mundo donde pueden sentarse casi juntos, un grupo de pijos y unos negros gangstas, una pandilla de alternativos con un mendigo, familias al completo con sintecho, niños con gente mayor, mujeres al lado de hombres... Me maravilla el comunismo que se desprende cuando te sientas en una de las mesas, y contemplas cómo un alto ejecutivo yuppie disfruta de su menú, al lado de una panda de emos con camisetas de Kurt Cobain. Y luego dicen que el McDonald´s sólo pretende conquistar el mundo y propagar el capitalismo y el imperialismo americano. Un McDonald´s es como un Mundial de fútbol, donde un país poderoso como Estados Unidos, se enfrenta en igualdad de condiciones contra un Estado tercermundista como Etiopía, siendo factible que el segundo humille al primero. Pues aquí todos somos iguales, nadie paga más que nadie, y todos nos hermanamos gracias al sabor del mejor vacuno.
La tarde estuvo bien y fue productiva: vi una peli en el cine, saqué dinero del cajero, llamé a Vodafone para solucionar un problema con mi teléfono móvil, recargué mi saldo, acompañé a dos amigos para echar currículums, hicimos el tonto en mi habitación y cuando me di cuenta, ya tocaba cenar otra vez, de modo que una sonrisa iluminó mi rostro, y todo sin fatiga, mal humor, dolores o encogimiento del miembro viril. Por la noche me tocó cenar menú grande McBacon, uno de los mayores manjares del mundo desde ya, con su quesito fundido, sus tiras de bacon, su salsa secreta y una cara que parece suplicar "cómeme". La bebida fue Lipton Ice Tea, para aguantar toda la noche a tope, colegas. Como prometí, también probaré todas las bebidas, inclusive la cerveza, a pesar del odio que siento hacia esta amarga bebida fabricada por Satán para dominarnos a todos.
La noche y madrugada la pasé con dos amigos en la terraza de mi céntrico y bien ubicado piso, mirando las estrellas pasar y gozando de nuestros respectivos menús. Bebimos all night long mucho calimotxo y no hubo nefastas consecuencias. Dormí bien, ya que a eso de las 6 me encontraba cansado, tras toda una noche de risas y tontunas, acompañando a mis amigos hasta Cibeles. En la caminata no me desmayé ni sentí deseos de desistir. El único problema ha venido a las 14 horas de la tarde, poco después de despertarme. Siempre digo que para que la resaca sea más llevadera, antes de acostarse hay que hacer un poco de ejericio, beber mucha agua, comer algo y cepillarse los dientes (esto último también es bueno para que tus padres sigan pensando que sales exclusivamente a dar paseos, sin consumir nada con metanol), pero ayer no cumplí esta premisa, así que ha habido una ligera resaca con el vinacho Gran Duque, motivando una ligera diarrea oscura. Pero vamos, me ha pasado otras veces y sé fehacientemente que la culpa no es de las hamburguesas. No hay malestar, no hay dolor, sólo calor y ganas de continuar con esto, que tanto me motiva. Por todo esto no he actualizado hasta ahora.
Os invito a leer este artículo, que habla sobre el Museo McDonald´s de Estados Unidos, un lugar con más Historia y más interesante que el Museo de Biología de Londres, prometido. Porque McDonald´s lleva muchos años en nuestras vidas, varias décadas alimentándonos y haciendo felices a nuestros hijos (bueno, a los que los tengan). Muchos de nuestros recuerdos cinéfilos y culturales están ligados a esta empresa, y todos de niños hemos querido ir a McDonald´s a comer, pese a la oposición paterna, que no sentía la felicidad de nosotros al ver tantos colores y tantos aromas concentrados en un mismo lugar. Hasta hace años no hubo McDonald´s en mi pueblo, y cuando se inauguró un McAuto, muchos viernes cenaba gracias a este local, disfrutando con la variedad de productos y flipándolo con el sabor y la textura del pastel de manzana, el mejor postre del Universo junto con las Natillas de mi abuela.
Me reitero en mi opinión de que McDonald´s no es tan fiero como lo pintan. Basta con ver la publicidad que realizan para comprobar que es lo más parecido al Paraíso. Para muestra, dos pezones:
Ya veis, sé que muchos me queréis muerto, pero sigo vivo y coleando. Y hablando de colear, a ver si mojo el churro estos días y compruebo si mi dieta tiene efectos secundarios con respecto al sexo. Y de regalo, una canción de la compositora que más promociona el restaurante por todo el mundo:
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OK, pero cuentanos como te encuentras Mario. Cómo va la experiencia. De momento vemos que has escrito poco y tarde. ¿Cansado? ¿Fatigado quizás?
ResponderEliminarUn saludete.
Tranquilo Paco, ha sido un error, se ha publicado antes de tiempo. Disfruta del articulo. Y no, no me encuentro cansado. Ahora lo que me apetece es hacer ejercicio y correr la maraton de San Silvestre.
ResponderEliminarJEJEJEJEJE... ¡Que máquina!
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